VIOLENCIA
En Colombia, la mayor causa
de desplazamiento del campo a la ciudad está relacionada con el conflicto
armado o la violencia. Existen en el país aproximadamente 4 millones de
desplazados, de los cuales alrededor de 1.5 millones son mujeres. A esta crisis
humanitaria es necesario añadir el ingrediente del género, dado que la
situación de riesgo y vulnerabilidad del desplazamiento se intensifica y agrava
en el caso de las mujeres, pues las formas de violencia y de discriminación de
las que son víctimas, se invisibilizan en la cotidianeidad y en la marginación
de la vida urbana.
Si bien es una tendencia
socioeconómica el hecho de que con las inundaciones, sequías o con las malas
condiciones de vida, mucha gente emigra a la ciudad en busca de mejores
oportunidades, lamentablemente muchas mujeres llegan a las ciudades de
Colombia, no por una decisión causada por la pobreza sino por la necesidad de
huir para salvar sus vidas, las de sus hijos o evitar su reclutamiento
forzoso por
parte de grupos armados ilegales como las FARC y el ELN (*). El drama de muchas
mujeres migrantes no consiste en llegar a la ciudad para superar su situación
de pobreza, sino llegar a ser pobres en la ciudad.
Según ACNUR: “El conflicto genera
para las mujeres riegos específicos basados en el género. Entre ellos
pueden destacarse cuatro: i) el riesgo de violencia, explotación o abuso
sexual; ii) el riesgo de explotación o esclavización para ejercer labores
domésticas; iii) el riesgo de reclutamiento forzado de hijos e hijas –agravado
en casos de mujeres cabeza de familia–; y iv) obstáculos en el acceso a la
propiedad de la tierra y en la protección de su patrimonio (en una sociedad
tradicionalmente machista, las mujeres tienen más dificultades para probar su
propiedad o posesión de tierras)”. De los riesgos asociados con la violencia y
el desplazamiento, no todos se superan al llegar a la ciudad.
Así, el impacto que el
desplazamiento y la violencia tienen en las mujeres es profundamente complejo,
pues la ciudad no les garantiza ni la seguridad ni la posibilidad de reiniciar
sus vidas. El conflicto y el desplazamiento recrudecen una situación de por sí
difícil, pues exacerban las condiciones de discriminación, en tanto promueven
formas de relación a partir de la imposición de relaciones de sometimiento, el
miedo y el abuso, según esquemas patriarcales propios de la cultura. Entonces
la discriminación es
una de las principales causas de la pobreza: no tienen acceso a las mismas
oportunidades laborales, sus salarios no son iguales a los de los hombres y en
muchos casos sus derechos económicos no son reconocidos. A esto es necesario
añadir que en Colombia las mujeres han sido históricamente discriminadas,
puestas en una posición de subordinación en la sociedad que las ha marginado de
la esfera pública. Esta situación hace que se pasen por alto muchos aspectos de
vulnerabilidad y de riesgo, pues la discriminación y la violación de sus
derechos más básicos se invisibilizan en el día a día. La pobreza en las
ciudades oculta y tapa la violencia y el miedo. La opción de la ciudad no es
entonces una verdadera opción, pero parece ser el menor de los males
considerando el panorama de volver al lugar de donde huyeron.
VIDEO DE REFLEXION
LA VIOLENCIA EN EL MUNDO
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