miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

VIOLENCIA

En Colombia, la mayor causa de desplazamiento del campo a la ciudad está relacionada con el conflicto armado o la violencia. Existen en el país aproximadamente 4 millones de desplazados, de los cuales alrededor de 1.5 millones son mujeres. A esta crisis humanitaria es necesario añadir el ingrediente del género, dado que la situación de riesgo y vulnerabilidad del desplazamiento se intensifica y agrava en el caso de las mujeres, pues las formas de violencia y de discriminación de las que son víctimas, se invisibilizan en la cotidianeidad y en la marginación de la vida urbana.
Si bien es una tendencia socioeconómica el hecho de que con las inundaciones, sequías o con las malas condiciones de vida, mucha gente emigra a la ciudad en busca de mejores oportunidades, lamentablemente muchas mujeres llegan a las ciudades de Colombia, no por una decisión causada por la pobreza sino por la necesidad de huir para salvar sus vidas, las de sus hijos o evitar su reclutamiento forzoso por parte de grupos armados ilegales como las FARC y el ELN (*). El drama de muchas mujeres migrantes no consiste en llegar a la ciudad para superar su situación de pobreza, sino llegar a ser pobres en la ciudad.

Según ACNUR: “El conflicto genera para las mujeres  riegos específicos basados en el género. Entre ellos pueden destacarse cuatro: i) el riesgo de violencia, explotación o abuso sexual; ii) el riesgo de explotación o esclavización para ejercer labores domésticas; iii) el riesgo de reclutamiento forzado de hijos e hijas –agravado en casos de mujeres cabeza de familia–; y iv) obstáculos en el acceso a la propiedad de la tierra y en la protección de su patrimonio (en una sociedad tradicionalmente machista, las mujeres tienen más dificultades para probar su propiedad o posesión de tierras)”. De los riesgos asociados con la violencia y el desplazamiento, no todos se superan al llegar a la ciudad.


Así, el impacto que el desplazamiento y la violencia tienen en las mujeres es profundamente complejo, pues la ciudad no les garantiza ni la seguridad ni la posibilidad de reiniciar sus vidas. El conflicto y el desplazamiento recrudecen una situación de por sí difícil, pues exacerban las condiciones de discriminación, en tanto promueven formas de relación a partir de la imposición de relaciones de sometimiento, el miedo y el abuso, según esquemas patriarcales propios de la cultura. Entonces la discriminación es una de las principales causas de la pobreza: no tienen acceso a las mismas oportunidades laborales, sus salarios no son iguales a los de los hombres y en muchos casos sus derechos económicos no son reconocidos. A esto es necesario añadir que en Colombia las mujeres han sido históricamente discriminadas, puestas en una posición de subordinación en la sociedad que las ha marginado de la esfera pública. Esta situación hace que se pasen por alto muchos aspectos de vulnerabilidad y de riesgo, pues la discriminación y la violación de sus derechos más básicos se invisibilizan en el día a día. La pobreza en las ciudades oculta y tapa la violencia y el miedo. La opción de la ciudad no es entonces una verdadera opción, pero parece ser el menor de los males considerando el panorama de volver al lugar de donde huyeron.

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LA VIOLENCIA EN EL MUNDO

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